María Javaloyes escribió ayer un post precioso que me toca porque comparto todos los miedos que describe en el segundo párrafo, y cuya conclusión me encanta, todo un manifiesto:
no descuidaremos el seguir construyendo el nodo más indivisible, el de la persona, que es lo mejor que se le puede ofrecer a las redes distribuidas, las más resilientes, y al resto de proyectos, redes o comunidades de las que formemos parte.
De paso, enlazo también el post de ayer de Storge, que también me dió la vuelta al estómago (por aquello de gritar fuerte): cumplen un año de su “declaración de independencia”, ¡felicidades!. Me dio ganas de contar la historia de cómo abrimos el blog y empezamos a construir aRRsa!, y convertirla en algo mítico, claro!
En fin, creo el esquema podría ser así: la persona debe ir trabajando siempre su libertad, esto se lo permite tener autonomía gracias a su compañía comunitaria, que también le aporta seguridad, pero sobretodo se la aportan las redes en las que la persona y sus compañías se mueven y cuidan.
¡¡Cuéntala!! 🙂
Y sobre el post que enlazas, pedazo de segundo párrafo. Es verdad.
Yo me sentí muy identificada… estaré perdiendo el tiempo, es por aquí, cuándo vamos a tener suficientes ingresos para seguir adelante con todos los planes, esto va muy lento,… Pero María lo dice más poético 🙂
Y la historia… sí, la contamos! Como digo estoy pensando en cómo hacerlo para que sea mítica, aunque no hay anuncio de ADN de por medio…
Eso, eso. Cuentala. No nos dejes así. 😉
Gracias Ester!
Por un segundo, escribiendo ese segundo párrafo pensé: ¿esto se va a interpretar como un lloriqueo?. Pero se me pasó en seguida, porque la intención era la de exponer un sentimiento verdadero y las maneras de gestionarlo. Y si parte o todo esto es compartido, pues nos hace más fuertes, ;))
Yo también espero ese relato arrsiano!
Cuenta. Cuenta. Cuenta. Lo siento, pero no puedo poner el signo de “periodo” encima de “Cuenta”.
A mí también me encantó saber del grito del águila 🙂